Ella era una persona muy sencilla; sucedió un día en que un huracán solo la parroquia causando destrozos y accidentes en uno de los cuales la señora perdió a su hijo, pues el ventarrón se lo llevo hacia el mar.
Pasaron dos años de búsqueda sin resultados y cuatro meses mas tarde, falleció la señora. Su alma ha sido vista penando por las noches por el mar, gritando el nombre de su hijo extraviado: ¡Devuélvanme a mi hijo!
Cuentan que en su pena hallo a su hijo destrozado y reuniéndolo parte por parte se dio cuenta que le faltaba un dedo. La furia hizo que su penar fuera peligroso para los marineros que cruzaban su camino, pues hubo muchos desaparecidos, hombres y niños.
Hasta el día de hoy, aun pena por los mares del mundo, llorando la perdida de su hijo.
GENARO ALBERTO QUINDE
1948
POSORJA- CANTON GUAYAQUIL
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